LA COLUMNA DE "DON PEDRO DEL AREA"

EL INFIERNO ETERNO

Días pasados, escuché y leí un resumen de los dichos del Presidente a empresarios españoles, en su reciente visita oficial a España. En respuesta al pedido de los ibéricos a que haga un ajuste, aumento, en las tarifas de los servicios que brindan sus empresas, entre ellas Aerolíneas Argentinas, Kirchner respondió que Argentina sigue aún en el infierno y que esperaba que, cuando su primer mandato termine en Diciembre del año próximo, el país esté a las puertas del purgatorio.

Para España, Argentina ha superado su crisis y debe cumplir ya con sus compromisos, Kirchner sostiene que el país aún está lejos de haberla superado por lo tanto los ajustes deben esperar.
En realidad la Argentina nunca va a salir del infierno mientras K sea presidente. O al menos nunca lo va a reconocer, es funcional a sus intereses que así sea.

En 1991, a los pocos días de asumir como gobernador de la provincia de Santa Cruz, Kirchner dirigió un mensaje al pueblo manifestando “que había recibido una provincia en llamas”.
Razón no le faltaba, la provincia estaba inmersa en una crisis institucional, se encontraba en cesación de pagos, los sueldos se pagaban con atraso y la actividad comercial prácticamente paralizada. Doce años después, cuando abandonó el cargo para asumir la presidencia de la nación, seguía hablando de la provincia en llamas.

En 1991, declaró, mediante una ley, la emergencia económica, hoy quince años después, aún se mantiene. Organismos autárquicos como la Caja de Servicios Sociales y la Caja de Previsión de la Provincia, siguen intervenidos desde entonces. Se eliminaron todos los fondos especiales y todo ingresa por rentas generales y nada se paga sin el visto bueno del actual Secretario de Hacienda, C.P.N. Juan José Campillo, hombre que reporta directamente al Presidente Kirchner. Ni el actual Vicegobernador a cargo del ejecutivo provincial, Carlos Sancho, puede autorizar un pago o un gasto.

Con la excusa de la provincia en llamas, no existe en Santa Cruz ley de promoción industrial. No hay ventajas impositivas para quienes quieran instalar una industria en la provincia, de hecho no hay ninguna.

Un emprendimiento privado de importancia absorbería empleados del sector público y Kirchner vería disminuido su control sobre la vida de los santacruceños.
El 60% de la mano de obra ocupada trabaja para el estado, ya sea nacional, municipal o provincial. El otro 40% trabaja en el comercio o en actividades que dependen el estado para su supervivencia.

Ninguno de los 14 municipios existentes en la provincia puede comprar siquiera un sobre sin la autorización del poder central.

Es el clientelismo en su máxima expresión

Todo es recaudación para hacer caja y distribuir los fondos de manera que den el mejor de los resultados para las elecciones. No hay ninguna otra motivación. Durante los últimos 15 años, en Santa Cruz se han otorgado subsidios por millones de dólares para el desarrollo de PYMES. Más del 90% de ellas han fracasado por la simple razón que ninguna recibió apoyo técnico para su desenvolvimiento y tampoco había interés en darlo.

Si el entonces gobernador hubiera utilizado todo su poder y los famosos fondos que literalmente secuestró, para fijar políticas de crecimiento, hoy Santa Cruz sería una provincia ejemplo para el resto del país.
Esto es una radiografía de lo que le espera a la Nación.

El poder total en manos de Néstor Kirchner, el único que nos puede sacar del infierno del que nunca saldremos.

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