Lapadula se enfrentó con el senador nacional, Nicolás Fernández, un soldado del Presidente de la primera hora. Los testigos afirman que Lapadula acusó a Fernández de ser el “culpable de la droga” en Caleta Olivia. Eso desató una guerra verbal entre el kirchnerismo y el hombre de Dios, que ahora fue trasladado a Puerto Deseado, una pequeña ciudad santacruceña. En el sur bautizaron el enfrentamiento como la “Revolución de los Curas”.
Lapadula dijo a PERFIL: “Todos conocemos y sabemos lo que pasa, eso es lo que me molesta. Mi denuncia es general. Quiero poner la voz de todos los que no tienen”. El sacerdote fue concreto: “Fernández tiene mala fama, pero eso es problema de él. Tiene un juicio contra su propia madre. ¿Te das cuenta? Cuando se defendía yo le dije que cuando el río suena es porque agua trae. El se levantó, me insultó y se fue. Nosotros no tenemos que cuidar su fama.
—¿Cómo se originó el enfrentamiento con el senador?
—La Pastoral Social invitó a Fernández a una charla. El senador dio su posición sobre el flagelo de la droga, y como yo no estaba de acuerdo, expliqué mi posición. Yo le dije que la responsabilidad no es de los padres, ellos no se hacen ricos con el desastre de sus hijos. Acá el problema es la lucha contra la droga y los responsables son los políticos.
—¿Se siente solo por pensar diferente que el Gobierno?
— Sí, el jueves antes de ir a la fiscalía me sentía solo. Ellos tienen que sentarse con la gente que no piensa igual, que no es empleado público, que también tiene ideas y que puede colaborar.
—¿Qué opina de la pelea de Kirchner con la Iglesia?
—Es una táctica, no sé de qué librito la habrá sacado. Si al pensar diferente te ponen el rótulo de enemigo, eso desacredita todo lo que podes aportar. Jesús le dijo a Pilatos: “Yo soy el Rey, para eso he nacido y he venido a anunciar la verdad” y Pilatos pregunta: “¿Qué es la verdad?”. Por ahí, los gobernantes no creen en la verdad.
—Kirchner ve a la Iglesia como oposición...
—Le pido que en vez de vernos como enemigos, piense que lo estamos ayudando. Algunas de esas políticas que ellos archivaron se pueden sacar del cajón, no todo depende de lo que diga el Presidente. Que miren la conveniencia del pueblo y no el bien de su partido.
El obispo de Santa Cruz, Juan Carlos Romanin, salió a respaldarlo publicamente. Mientras tanto, el kirchnerismo reza, no quiere otro Piña.
1 comentario:
es como el tipico dibujito donde la basura se esconde bajo la alfombra...¿no?.
Vivimos en el mundo del reves, los inocentes son castigados!
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