DIEZ AÑOS DE IMPUNIDAD


En enero de 1997 yo tenía once años recién cumplidos. En diciembre había terminado quinto grado y miraba con miedo eso que se llamaba sexto. Todavía soñaba con ser jugador de fútbol y no sabía muy bien de que se trataba el periodismo. Tenía una vaga idea de donde quedaba Pinamar, y para mi, la playa era algo así como un lugar soñado.

A 2400 kilómetros de distancia, mientras en Río Gallegos jugaba a la pelota con los chicos del barrio, José Luis recorría la arena con su cámara. Tenía 35 años, y seguramente, los mismos sueños y deseos con los que hoy yo a las 21 años, recorro las mismas playas buscando lo que él vino a llevarse.

No recuerdo como me entere de su asesinato, pero si que nunca más me olvide de su cara. Esa foto carnet en blanco y negro que tapizó la Argentina como símbolo de la impunidad. Propio de mi curiosidad leía los diarios y hablaba del caso como si entendiera. Muy lejos de eso, solo repetía lo que le escuchaba decir a mi papá. Hoy, diez años después, todavía no me entra en la cabeza la situación.

Cuando me comunicaron que me habían designado para cubrir la temporada en Pinamar, mentiría sino contara que lo primero que pensé fue en Cabezas. Una sensación de sentimientos encontrados que creo que todavía no estoy en condiciones de explicar. La temporada ya termina, y no hubo una sola tarde en la que no me trasladara diez años. Siempre en ese momento donde uno medita el día, no hubo momento que no se me cruzara la cara de José Luis. Ese tormento de saber que estaba haciendo lo mismo que yo. Ese tormento de saber que vino hacer periodismo, esa profesión que me desvive y que alguién que no quería que lo siguiera haciendo se lo llevó.

La Cava. Nunca había ido a La Cava, por eso el miércoles le pedí a Marcelo, el fotógrafo que me acompaña, que me lleve hasta ahí. No se porque, no dije ni una sola palabra en todo el trayecto, como si mi cabeza hubiera hecho un clic sin avisar. Por la ruta número 11 se llega a un desvió donde se ingresa a un camino que comunica a la ruta con la laguna Salada Grande. Son cinco kilómetros por una recta de arenilla para encontrarse con ese pozo escalofriante. Son cinco kilómetros donde uno indefectiblemente se traslada a ese 25 de enero. Son muchas preguntas, son muchos por qué y ninguna respuesta. Es sentir un ahogo. De más esta decir que a Cabezas no lo conocí, son sus compañeros de trabajo, sus amigos los que me cuentan sus anécdotas, los que me muestran que quizás vivió las mismas cosas que yo.

Los Diez Años. Pinamar no es el mismo que se quedó con José Luis. Pinamar hoy tiene 30 mil habitantes y su crecimiento superó las expectativas. Para la gente, el asesinato se trasformó en un vago recuerdo, solo aquellos que conocieron a Cabezas no se resignan a olvidar. El jueves se cumplieron diez años del asesinato. Cuatro micros y una decena de vehículos iniciaron una caravana que terminó en ese agujero macabro. Norma, la mamá de José Luis y Gladys, su hermana, encabezaron el recorrido. Mientras tanto, un puñado de Horneros vigilaban desde uno de los ángulos de la cruz del monumento en La Cava. Es como si la naturaleza quisiera mandar un mensaje difícil de desentrañar y sin explicación. Justo un nido de Horneros, que recuerdan a esa banda de cobardes que decidió terminar con la vida de Cabezas. Ahí fue donde volví a escuchar ese grito que desgarra: “Cabezas!!! presente”.

Soy de la generación de periodistas que se va a formar con su recuerdo en la mochila. La generación que conoció la profesión con su muerte en vano. La generación que no debe olvidarlo. La generación que tendrá a su foto vigilando para que no vuelva ocurrir y nos mantengamos en el camino del periodismo comprometido con la verdad, para que no vuelvan los Gregorio Ríos, ni los Alfredo Yabran.


JOSE LUIS CABEZAS

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno tu homenaje.
Lástima que la sociedad ya tiene olvidado a Cabezas. Si ya se olvidaron de López como no van a tener olvidado a Cabezas. Este gobierno persigue a los periodistas críticos como vos y a nadie le importa, solo a algunos como nosotros que te seguimos, total ya podemos volver a comprar en cuotas y tal vez tener un plasma en casa.
El resto nada, ni siquiera a tus colegas salvo contadas excepciones.
Pero vos no aflojes y seguí brindando tu verdad, tanto en Perfil como en tu blog.

Anónimo dijo...

Muy bueno tu homenaje.
Lástima que la sociedad ya tiene olvidado a Cabezas. Si ya se olvidaron de López como no van a tener olvidado a Cabezas. Este gobierno persigue a los periodistas críticos como vos y a nadie le importa, solo a algunos como nosotros que te seguimos, total ya podemos volver a comprar en cuotas y tal vez tener un plasma en casa.
El resto nada, ni siquiera a tus colegas salvo contadas excepciones.
Pero vos no aflojes y seguí brindando tu verdad, tanto en Perfil como en tu blog.

Anónimo dijo...

debe ser raro para vos, siempre me da temor recordar a cabezas, porque pienso que tu caso,tan joven, tan perseguido y con solo una compu o una lapicera como arma, Cabezas tenia una camara, y parece que son mas peligrosos que Kirchner con poder, entonces te decia, me da miedo que haya otro cabezas, todos lo pensamos y nadie lo dice. ESO SE LLAMA MIEDO.
que triste, en democracia y con miedo...
OJALA EL PERIODISMO RECUPERE LA OBJETIVIDAD Y LOS PERIODISTAS EMPIEZEN A JUGAR EN EQUIPO, SINO...
DE A UNO, ESTOS DELINCUENTES CON PODER LOS VAN A BAJAR, UNO POR UNO, YA SEA CON PLATA, CON PRESIONES, CON MIEDO.
FUERZA NENE! MUCHAS VECES TE VAN A TENTAR, PERO AUNQUE TE CAGUES DE HAMBRE, NO TE PONGAS PRECIO, NO LES DES EL GUSTO!!!
CUIDATE, CUIDATE MUCHO!!
UN ABRAZO

SILVIO A. TOLEDO
DNI.18.506.183