Aquí estamos!!! Luego de algunas semanas vuelvo al blog. Todavía sigo en Caracas, pero ya en la recta final, estipulando mi regreso a Buenos Aires para el domingo 30 de diciembre y poder pasar el fin de año con mi familia. Tengo muchas cosas para contar, de lo que sin dudas, quedará como una experiencia increible.
En este momento estamos a la espera de que el Ministerio de Comunicación e Información (MinCi) de Venezuela acepte nuestro pedido de acreditación y nos confirme como pasajeros de los helicópteros que viajaran a un punto desconocido de la selva colombiana para el intercambio unilateral de rehenes.
Mi idea principal era poder mostrarles algunas fotos y contarle con detalles como es mi vida bolivariana, pero por una cuestión de tiempo mis intenciones se vieron acotadas.
Caracas es una ciudad extraña, y el venezolano tiene mucho de argentino o el argentino tiene mucho de venezolano. Hasta me cagó un taxista, imagínense. Por momentos, cuando camino por las calles de la capital venezolana o viajo en el "metro", me siento en las calles de Capital. Sin embargo ciertos detalles me vuelven a ubicar en tiempo y forma.
Aquí, la gente vive una sensación de inseguridad muy grande, una sensación que en muchos momentos deja de ser una mera presunción y se convierte en una molesta realidad. Más de 200 personas mueren asesinas por fin de semana en los suburbios de Caracas y Gran Caracas. El Ejército se mueve como la Policía, y en cada esquina el típico cana de barrio está armado hasta los dientes. Cualquiera fuerza de seguridad está habilitado para detener personas y los departamentos, por más residenciales que sean, están protegidos con rejas y hasta con alambres electrificados. Acá no existen, como se diría en el ambiente fotográfico, los medios tonos. En cualquier problema, la gente no tarda en sacar un arma y terminar a los tiros. La gente asegura que eso se debe a la "influencia colombiana y su guerrilla", una opinión discutible. Pero uno no percibe en el ambiente tal punto de hostilidad. El venezolano es muy amable y muy acogedor por eso, si uno no conoce, le extraña digerir las estadísticas oficiales. Pero basta con salir a caminar para darse cuenta de la verdadera situación. En cualquier accidente de tránsito, los damnificados discuten con un arma en la mano hasta que llega la policía. Pero pese a todo eso, es un país paradisíaco.
Para los argentinos, Venezuela es caro y complicado. Por ejemplo, uno no percibe la sensación de vivir en un gobierno autoritario, sin embargo, Hugo Chávez controla cada uno de los pasos de su población y todos los pensamientos que uno puede tener se van al tacho. Llega el un momento donde uno cree que todo lo que hace, el gobierno ya lo sabe de antemano. Por ejemplo, según lo estipulado por la ley venezolana existe un control de cambio, eso quiere decir que uno no tiene permitido manejarse con dólares estadounidenses dentro del territorio bolivariano. Las casas de cambio no venden la moneda americana y si uno recibe dólares desde su país de origen, la cifra es automáticamente cambiada a bolívares, lo que uno termina recibiendo finalmente. Pero hecha la ley hecha la trampa. La decisión de Chávez generó un mercado negro de cambio de divisas. Uno puede conseguir por un dólar hasta 5 mil bolívares, en cambio, en la manera oficial, uno recibe por cada dólar dos mil bolívares, menos de la mitad de lo que uno puede conseguir en la calle. Hoy fui a un Wester Union a buscar un giro que me mandaron desde Argentina e inconscientemente me acordé de la frase de Eduardo Duhalde: "El que recibió dólares, recibirá dólares". En Buenos Aires me depositaron en verdes y yo recibí esa suma en plata venezolana. Cada vez me cuesta más entender como Antonini Wilson logró andar con dólares. Estaba entongado, no hay dudas.
Chávez es como el Riquelme de la política americana. El que no lo quiere, directamente lo detesta desde que se levanta hasta que se va a dormir. Basta con nombrarlo en un taxi para que llueva un rosario de frustraciones y deseos rotos por su permanencia en la presidencia. Pero el que lo quiere lo ama hasta morir y automáticamente el discurso anti-imperialista resurge a flor de piel. Chávez es así, o lo quieren o lo odian. Pero su estrategia comunicacional sobre el pueblo venezolano invade como una mano gigante. En cada poste, en cada pared, en cada espacio libre, hay un mensaje de él con su rostro.
Los medios venezolanos se manejan de una forma muy diferente a la Argentina. En la televisión, muchas de las noticias, incluso las que pasan en la propia Venezuela, son levantadas de medios extranjeros, ya que ellos se rigen por una ley de difusión que lejos está de asegurar la libertad de prensa. Los medios chavistas se acercan demasiado a la forma kirchnerista de comunicación. Pero por ejemplo, Caracas vive desde hace muchos meses un desabastecimiento total de leche. Conseguir un vaso es prácticamente misión imposible, sin embargo, ningún medio hace referencia a eso. Ni los independientes, ni los oficialistas.
El discurso socialista de la gente es particular. Además de la cercanía con los Estados Unidos, nunca vi una población con tanta influencia yankee. Todas las cadenas de comidas norteamericanas tienen sucursal en Venezuela y hay que hacer cola para comer en alguna de ellas. Es más, aquí, el deporte más popular es el baseball y si la gente tiene un "real", lo que vendría a ser en el lunfardo un "mango", se lo gasta. Los shoopings están siempre repletos. Todo el mundo tiene automovil y la gente accede con facilidad a los créditos para la compra. Casi dos dólares cuesta el litro de nafta pero los seguros y los impuestos de patentamiento son muy caros.
Voy cerrando para no aburrir. Panas, amigos, los dejo. Espero poder seguir escribiendo y poder contarles más apreciaciones de mi aventura bolivariana en las tierras de la “valija”. Un saludo desde el Caribe...
En este momento estamos a la espera de que el Ministerio de Comunicación e Información (MinCi) de Venezuela acepte nuestro pedido de acreditación y nos confirme como pasajeros de los helicópteros que viajaran a un punto desconocido de la selva colombiana para el intercambio unilateral de rehenes.
Mi idea principal era poder mostrarles algunas fotos y contarle con detalles como es mi vida bolivariana, pero por una cuestión de tiempo mis intenciones se vieron acotadas.
Caracas es una ciudad extraña, y el venezolano tiene mucho de argentino o el argentino tiene mucho de venezolano. Hasta me cagó un taxista, imagínense. Por momentos, cuando camino por las calles de la capital venezolana o viajo en el "metro", me siento en las calles de Capital. Sin embargo ciertos detalles me vuelven a ubicar en tiempo y forma.
Aquí, la gente vive una sensación de inseguridad muy grande, una sensación que en muchos momentos deja de ser una mera presunción y se convierte en una molesta realidad. Más de 200 personas mueren asesinas por fin de semana en los suburbios de Caracas y Gran Caracas. El Ejército se mueve como la Policía, y en cada esquina el típico cana de barrio está armado hasta los dientes. Cualquiera fuerza de seguridad está habilitado para detener personas y los departamentos, por más residenciales que sean, están protegidos con rejas y hasta con alambres electrificados. Acá no existen, como se diría en el ambiente fotográfico, los medios tonos. En cualquier problema, la gente no tarda en sacar un arma y terminar a los tiros. La gente asegura que eso se debe a la "influencia colombiana y su guerrilla", una opinión discutible. Pero uno no percibe en el ambiente tal punto de hostilidad. El venezolano es muy amable y muy acogedor por eso, si uno no conoce, le extraña digerir las estadísticas oficiales. Pero basta con salir a caminar para darse cuenta de la verdadera situación. En cualquier accidente de tránsito, los damnificados discuten con un arma en la mano hasta que llega la policía. Pero pese a todo eso, es un país paradisíaco.
Para los argentinos, Venezuela es caro y complicado. Por ejemplo, uno no percibe la sensación de vivir en un gobierno autoritario, sin embargo, Hugo Chávez controla cada uno de los pasos de su población y todos los pensamientos que uno puede tener se van al tacho. Llega el un momento donde uno cree que todo lo que hace, el gobierno ya lo sabe de antemano. Por ejemplo, según lo estipulado por la ley venezolana existe un control de cambio, eso quiere decir que uno no tiene permitido manejarse con dólares estadounidenses dentro del territorio bolivariano. Las casas de cambio no venden la moneda americana y si uno recibe dólares desde su país de origen, la cifra es automáticamente cambiada a bolívares, lo que uno termina recibiendo finalmente. Pero hecha la ley hecha la trampa. La decisión de Chávez generó un mercado negro de cambio de divisas. Uno puede conseguir por un dólar hasta 5 mil bolívares, en cambio, en la manera oficial, uno recibe por cada dólar dos mil bolívares, menos de la mitad de lo que uno puede conseguir en la calle. Hoy fui a un Wester Union a buscar un giro que me mandaron desde Argentina e inconscientemente me acordé de la frase de Eduardo Duhalde: "El que recibió dólares, recibirá dólares". En Buenos Aires me depositaron en verdes y yo recibí esa suma en plata venezolana. Cada vez me cuesta más entender como Antonini Wilson logró andar con dólares. Estaba entongado, no hay dudas.
Chávez es como el Riquelme de la política americana. El que no lo quiere, directamente lo detesta desde que se levanta hasta que se va a dormir. Basta con nombrarlo en un taxi para que llueva un rosario de frustraciones y deseos rotos por su permanencia en la presidencia. Pero el que lo quiere lo ama hasta morir y automáticamente el discurso anti-imperialista resurge a flor de piel. Chávez es así, o lo quieren o lo odian. Pero su estrategia comunicacional sobre el pueblo venezolano invade como una mano gigante. En cada poste, en cada pared, en cada espacio libre, hay un mensaje de él con su rostro.
Los medios venezolanos se manejan de una forma muy diferente a la Argentina. En la televisión, muchas de las noticias, incluso las que pasan en la propia Venezuela, son levantadas de medios extranjeros, ya que ellos se rigen por una ley de difusión que lejos está de asegurar la libertad de prensa. Los medios chavistas se acercan demasiado a la forma kirchnerista de comunicación. Pero por ejemplo, Caracas vive desde hace muchos meses un desabastecimiento total de leche. Conseguir un vaso es prácticamente misión imposible, sin embargo, ningún medio hace referencia a eso. Ni los independientes, ni los oficialistas.
El discurso socialista de la gente es particular. Además de la cercanía con los Estados Unidos, nunca vi una población con tanta influencia yankee. Todas las cadenas de comidas norteamericanas tienen sucursal en Venezuela y hay que hacer cola para comer en alguna de ellas. Es más, aquí, el deporte más popular es el baseball y si la gente tiene un "real", lo que vendría a ser en el lunfardo un "mango", se lo gasta. Los shoopings están siempre repletos. Todo el mundo tiene automovil y la gente accede con facilidad a los créditos para la compra. Casi dos dólares cuesta el litro de nafta pero los seguros y los impuestos de patentamiento son muy caros.
Voy cerrando para no aburrir. Panas, amigos, los dejo. Espero poder seguir escribiendo y poder contarles más apreciaciones de mi aventura bolivariana en las tierras de la “valija”. Un saludo desde el Caribe...
6 comentarios:
No aburris. Al contrario. No hay nada mejor que una voz independiente contando as verdad. Como sabras CNN y Globovision son dos cadenas abiertamente anti-chavistas y cuando dan noticias de venezuela uno nunca sabe si dicen la verdad o mienten.
Asi que muchas gracias por contarnos la experiencia tal cual.
Ahora voy a empzar a promocionar e blog.
"Bendita tu mirada..." de Caracas, Juan.
Me impresiona de manera la claridad de lo que nos contás. Me imagino lo que estás sintiendo y puedo proyectar lo que sentiría personalmente.
Veo proyectadas "copas de nafta" en nuestro comedores escolares. Un MC Donald auspiciando los remedios, estudiosy tratamientos de nuestros hospitales. ¿Y la unidad latinoamerica? Será como la estrella de Belén en estas Navidades ...una carrera loca atrás de regalos.
Me los imaginos así a los venezolanos. Livianos, bastante hipócritas y convencidos que están fenómenos. En tu provincia algunos siguen creyendo esto HOY.
Ya sabés. Andá a "ese rincón perdido de la selva en helicóptero.." Pero no te dejes engañar por lo que vean tus ojos. Hacéle caso a lo que te dice el corazón y sobretodo escuchá y comprendé a las personas. En definitiva seguí y traénos, y contanos la verdad que tan bien nos comunicás.
Como dicen ahora..Cuidate. Yo te cuido.
Te felicito. Suerte. Cuidate. Quisiera que cuentes todo lo que vas viviendo. Quiero saber mas.
Un abrazo
flaco...
como siempre tenes una mirada parcial de la realidad...
estas tratando de entender un pais conociendo solo Caracas.
te recomiendo que te tomes el trabajo de recorrer cualquier otra ciudad...
te va a ser muy facil por que la infraestructura de trasporte es muy buena... y te vas a dar cuenta que hay dos venezuelas la de caracas y la otra...
Y los que odian a chavez son los que como aca estaban acostumbrados a veranear en el exterior y solo piensan en funcion de eso...
anda a a hablar con lso indios pemones de canaima o los habitantes de los nevados..
todos ellos gente muy humilde y que siempre estubo excluida de todo.. y hoy gracias a chavez son tenidos en cuenta y son beneficiados de la bonanza economica de ese pais...
recorre el resto del pais y vas a ver la voragine de obra publica...
y coincido con vos en venezuela es totalmente imposible conseguir dolares... los de antonini venian de miamai!!
p.d. como te sentirias vos si un extranjero quiere presumir de conocer la realidad de tu pais coniciendo solo capital federal?
Jaja, muy buena la descripción. Contradictorio, no permiten el cambio a dólar pero el pueblo es pro yanky. Me deja tranquilo (o intranquilo depende la mirada) que no somos los únicos que tenemos cosas así. Con respecto al baseball he jugado de chiquito (más bien era softball, parecido) y es divertido JUGARLO, mirarlo es un bodrio. Lo de Chavéz es asi, amalo u odialo, no hay grises. Igualmente su discurso es relativo, le pega lindo a Bush y es hasta divertido ver como lo hace pero no me extrañaría encontrar que EEUU es uno de los mayores importadores de crudo que tiene Venezuela. Socialismo, Socialismo! como se pierden en esta época el verdadero significado de las palabras. Disfrútalo, despúes contá como te fue en la selva.
Capo, te estoy escuchando en AM del Plata.
Lastima que sea una nota-playa y no una cronica caraqueña.
Pero segui adelante.
Un saludo.
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