A finales de 2007 viajé a Caracas, Venezuela. La idea era clara: tratar de obtener la mayor cantidad de datos sobre el papel de Julio De Vido y el gobierno argentino en el escándalo de la valija de los 800 mil dólares. En ese momento todavía no había grandes precisiones sobre el origen y el destino final del dinero, pero si una fuerte sospecha: se trataba de un negociado ilegal entre ambos gobiernos.
Mi estadía en la capital bolivariana fue corta, pero se trato del tiempo suficiente para lograr una gran cantidad de información. Las fuentes (empresarios y políticos) nunca lo dudaron, en Caracas había una embajada paralela manejada por De Vido y Claudio Uberti. Ellos manejaban la caja con la anuencia de Hugo Chávez y Néstor Kirchner.
Hoy, casi tres años después, el ex embajador ante Venezuela, Alberto Sadous, declaró ante la Justicia. Sin eufemismos afirmó que el Ministerio de Planificación recibía "coimas" por los negocios bilaterales pero De Vido se defendió: "Nunca hubo una diplomacia paralela".
El diplomático también aseguró que "Uberti era asignado por el Ministerio de Planificación Federal para tratar la relación con Venezuela". El 22 de diciembre de 2007, PERFIL tituló: "Valijagate: De Vido armó una embajada paralela". Abajo pueden ver la tapa y aquí pueden leer la nota que escribí desde tierras chavistas.
El diplomático también aseguró que "Uberti era asignado por el Ministerio de Planificación Federal para tratar la relación con Venezuela". El 22 de diciembre de 2007, PERFIL tituló: "Valijagate: De Vido armó una embajada paralela". Abajo pueden ver la tapa y aquí pueden leer la nota que escribí desde tierras chavistas.
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