ESQUEMA DE UNA POSIBLE ELECCION

Por Juan Cruz Sanz

En los últimos días, los analistas políticos reforzaron la teoría de los "Cuatro Opositores". Esta teoría es la que afirma que la suma de los votos de cuatro candidatos a presidentes opositores, con un promedio del 15% de los votos para cada uno, forzaría al Frente para la Victoria a enfrentar un ballottage. En Santa Cruz, esa teoría beneficiaría al oficialismo. ¿Por qué?

La irrupción mediática de Sergio Acevedo generó en Balcarce 50 una catarata de enojos y luces de alerta, empezando por el mismo Néstor Kirchner. El Frente para la Victoria todavía no confirmó su candidato a gobernador. Alicia Kirchner no tendría el mismo consenso que en el 2005 y la figura en alza de Daniel Peralta no convencería del todo al electorado disidente del oficialismo. Sin embargo, el actual gobernador sería hoy por hoy, tal como lo anunció el blog antes que Peralta asumiera, el mejor candidato K.

Mientras tanto, en la otra vereda y a tres meses de la elecciones, la oposicion todavía no se despertó. El único que parece decidido a llevarse todo por delante es Eduardo Arnold, sin embargo, el cortarse sólo no lo beneficiaría. Arnold representaría en la provincia al Peronismo Federal que se alineó a la figura de Roberto Lavagna.

El desembarco del ARI devenido ahora en Coalición Civica, de la mano del abogado Javier Perez Gallart, no alteraría el esquema, pero según los números que se manejan, se quedaría con al menos 2 puntos del voto bronca hacia el ejecutivo provincial. Sergio Acevedo desmiente tener intenciones electorales, sin embargo, el bloque del peronismo disidente que se abroqueló en torno a la figura del diputado Jorge Gonzalez, busca rearmarse y constituir una variante. En ese escenario la figura del ex gobernador y número uno de la SIDE, es más que importante.

La UCR no puede terminar con sus dilemas existenciales, ser o no ser parece ser todavía el eje de la discusión. El senador Freddy Martinez es el número puesto, pero el crecimiento del intendente de Río Gallegos, Hector "Pirincho" Roquel generó dudas en el interna radical, impulsado desde el sector del ex senador Prades. Esa duda solo ponía en riesgo la única batalla ganada, la intendencia de la capital santacruceña. Hoy esa discusión parece superada y Pirincho buscara la reelección. La discusión de la UCR es una postal de la indecisión que carcomió historicamente sus aspiraciones a poder gobernar la provincia. A este dilema se le sumó la aparición del empresario Eduardo Costa, que a fuerza de su poder económico espera poder quedarse con el buzo de candidato.

Mientras tanto, el oficialismo quema sus naves con anuncios faraónicos, aguinaldos dobles y clientelismo por doquier. ¿Por qué esperar un cambio de receta si ese proceso le dio incontadas victorias? A falta de nombres, buenos son los anuncios y mucho más en un electorado inmaduro que recién parece despertar. Sin embargo, con el correr de los días, los anuncios estrepitosos del gobierno, parecen tener más fuerza en una sociedad que se silencia con mejoras salariales.

"Es la economía, idiota" entendió un día Bill Clinton y se quedó con unas elecciones que parecían perdidas, a nivel provincial esa es la frase de cabecera del kirchnerismo. Si el gobierno provincial hubiera tenido sólo un poco de tacto y acierto, le hubiera alcanzado con negociar con el gremio docente en silencio y en la primer semana de marzo. Si eso hubiera pasado hoy los números le darían al Frente para la Victoria una amplia victoria, la carpa de la dignidad no existiría, Alicia Kirchner podría caminar sin lluvia de harina, el ministro de economía Juan Bontempo empapelaría Río Gallegos con su rostro, loco y todo, Mansilla Alarcon seguiría trabajando como cuidador y sentado desde el sillón del ministerio de gobierno, Daniel Varizat seguiría faltandole el respeto a los santacruceños por doquier. Es lógico, las verdades duelen.

En Santa Cruz no hay ballotage, y la analogía de lo que a nivel nacional se instala como la teoría de los cuatro candidatos no es buena. En la provincia patagónica sólo se necesita la simple mayoría para poder quedarse con el sillón de Gregores. La crisis social y el agotamiento de un proceso generó la rotura de una consensuada mayoría que durante 17 años le dio sin miramientos el poder al kirchnerismo. La indefinición de la oposición santacruceña sólo va a generar la atomización del voto alrededor de una serie de candidatos patronales que no logran despegarse unos de otros. El escenario no es simple, las cartas no son muchas, nadie tiene el ancho de espada y el tiempo sigue corriendo. Por ahora, la falta de definiciones y propuestas claras solo perjudican al electorado de una provincia que necesita un cambio. Un verdadero cambio.