DIALOGO DE SORDOS

Editorial "Quieras o No" - FM Identidad 92.1 - Martes 14 de julio de 2009
Señoras y señores, hay que poner se de pie. El diálogo se puso de moda. No importa cómo, ni cuándo ni entre quienes, parece que llegó para quedarse y eso es positivo. Pero no hay que olvidarse de algo: En realidad, la gran estrella de esta conversación de sordos volverá a ser, nuevamente la verborragia y la hipocresía. Para logar una reforma política es necesario, principalmente, intenciones. Y ese ingrediente es el principal ausente en esta receta que más se parece a un antibiótico contra una dura derrota electoral.
En agosto de 2003, mediante el decreto 592 el Gobierno Nacional convocó a todos los sectores políticos y sociales para la discusión de una nueva reforma política. Claro, fue en un momento en el que Néstor Kirchner se mostraba progresista y se exigía a si mismo vender una imagen que sirva para convencer a algunos distraídos y a otros ilusos. Siempre es mejor no hablar de ciertas cosas, por eso, el oficialismo se vuelve a plantear una reforma política tirando el tema casi como un juguete para la oposición. ¿Por qué creerle ahora? ¿Por qué creer que el diálogo va a ser sincero? ¿Por qué creer que esta vez sí va haber diálogo? Al mismo tiempo, el controvertido y multi denunciado secretario de Comercio, Guillermo Moreno no sólo es confirmado en su cargo, sino que además es ungido con más poder.
"La norma no induce a los miembros a volverse democráticos, sino sólo a parecerlo”. La necesidad tiene cara de hereje. Por eso me pregunto de nuevo ¿Esta convocatoria habría existido si el 28 de Junio, Néstor Kirchner ganaba la provincia de Buenos Aires al menos por un voto? No, ni siquiera lo hubieran pensado. El matrimonio presidencial observa que lo único que crece es su cuenta personal, su patrimonio creció 28 millones de pesos y que su poder político pierde todos los días fuerza, convencimiento y convocatoria.Para el diálogo son necesarios interlocutores.
El Gobierno invitará como siempre a sus amigos para charlar en casa. Pero para el diálogo que necesita este país hace falta mucho más que interlocutores amigos y paracaidistas de coyuntura. Quizás, cuando eso ocurra ese diálogo va a ser fructífero y esperanzador. Mientras tanto, sigamos esperando que nada ocurra de una conversación donde el que habla es uno solo.

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