Buenos Aires, 7 de Agosto de 2009
Leandro:
Casi no puedo hablar. Salgo de mi vida, de mi nube y ahí estás, casi esperando que te vuelva abrazar. Te voy a contar algo. Hace ocho meses, cuando te fuiste, cuando cerraste tus ojos, nosotros estabamos acá ¿Te acordás?
El día que pasó todo, yo estaba con tu mamá. Eran las 7 de la mañana. Llamó tu papá, me dijo que hubo un accidente y me pasó con la doctora. Me dijo que todo era muy difícil que no te ibamos a poder retener. Que sólo teníamos que rezar para que la operación salga bien. Corté sin entender mucho, abracé a tu mamá y le dije que todo iba a estar bien, que teníamos que ser fuertes. Fuí, busqué una foto en la que estabamos juntos. Recuerdo que vos tenías cinco años y estabas agarrado a mi cintura y corríamos como si fueramos un tren. Te morías de risa. La apreté fuerte y sólo me puse a rezar. Hacía mucho que no lo hacía.
Todos hicieron sus valijas y nos fuimos al aeropuerto. Mientras buscabamos los pasajes le pedí a Dios que nos de tiempo. El tiempo para que estés mejor, para que pase la pesadilla, para que mamá te vuelva abrazar y los abuelos te vuelvan a mimar. Sólo eso quería, tiempo.
Cuando ya todos estaban por embarcar y yo había quedado del otro lado del vidrio me enteré que te fuiste. Fue una puñalada que todavía la siento arder. Corrí, sólo dije que no podía ser, lo negué y corrí fuera de sí. Bajé las escaleras y corrí hasta la puerta de salida queriendo llegar a no sé dónde. Agitado, llorando, grité y pedí explicaciones al aire. Intenté llamar a tu mamá, a los abuelos, pero no podía. Quería que viajen con la esperanza de volverte a ver. Sólo pude comunicarme con el celular del abuelo, pero por suerte ya estaba apagado. Me quedé en silencio y le dije que lo quería mucho. Sólo eso.
Ya pasaron ocho meses. Anoche no pude dormir, como hace mucho tiempo no me pasaba. Di muchas vueltas y me despertaba cada veinte minutos, intranquilo, angustiado. En esa secuencia, la última vez que me pasó, sólo atiné a mirar el reloj. Eran las seis de mañana, del 7 de Agosto. Ahí reaccioné.
Recién me llamó tu mamá, me contó que los chicos, tus amigos fueron a tu casa. Te cuento que te mandaron al frente, Tito te la mandó a guardar mi viejo. Le dio los videos que te grabaron en la escuela. María dice que eras tremendo y me dijo que me los va a mandar.
Yo se que esta noche van a estar en mi mail, pero yo no los voy a mirar y te pido perdon. No te enojes, pero no puedo. No voy a poder volver a escucharte y se que me vas a entender. Pero te prometo que los voy a guardar y cuando la herida no esté tan fresca me voy a volver a reir con vos. Te pido que les des fuerzas a tus viejos. Y si podes, esta noche, cuando duerman, dales un beso que les de tranquilidad. Se que estás al tanto de Agustín, cuidalo mucho porque te necesita. Nosotros, los grandes, ya nos vamos arreglar.
Cuidanos a todos y mandale saludos a los viejitos que tenes dando vueltas por ahí.
TE QUIERO MUCHO
Cacú
"Las estrellas se apagaron en el sur, subiste y sólo brilla tu luz"
5 comentarios:
Flaco guapo, fuerza!! a recordarlo bien y bancarse el bajon . Tenés mucho coraje Juancruz, a no rendirse ...a tenerlo presente siempre a Leandro... Un abrazo desde el frio de tu rio gallegos
Luisao
Fui parte de ese relato ... y sabes que no fui al velorio por que sinceramente no podia verte mal loco ... Un Abrazo enorme te quiero pendejo
Fuerza juan... son dias dificiles y vos mas que nadie lo sabes!!! Los que te queremos te apoyasmos y vamos a estar con vos siempre!!!
Què impotencia..no sè que decirte...pero te mando un abrazo Juan Cruz
Graciela Deza
lo siento mucho, muy emocionantes tus palabras, ojala puedas encontrar resignacion ?, o no se que, que te alivie el dolor. y mucha fuerza.
te pregunto porque no se que paso ? justicia porque ? quien lo mato ?
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